jueves, 28 de junio de 2007

Sin federalismo fiscal serio... no hay solución

por Alberto Juárez Aráoz*


El articulo primero de nuestra constitución no es más que un párrafo de letra muerta. El sistema de gobierno actual es: “elegidos por clientelismo político, sin división de poderes, unitario casi totalitario”. La nación aporta más del 60% del presupuesto de las provincias. Por ejemplo: La Rioja depende del estado nacional en un 90%, Santa Cruz en un 85%, etc. Un santacruceño recibe por coparticipación cerca de $5.000 anuales per capita, un Tucumano cerca de $1.350 y un bonaerense menos de $900 pesos. No debería llamar la atención que la zona más desigual del país sea el conurbano bonaerense, encargado junto con la Capital Federal de financiar gratuitamente a provincias ineficientes. Las provincias del norte reciben muy poca coparticipación si lo comparamos con el sur del país y algunos feudos provinciales como el caso de San Luis que recibe algo más de $2.000. La puja redistributiva que existe entre las provincias es salvaje, a tal punto, que casi todos los gobernadores responden sin dudar a las peticiones presidenciales con tal de recibir más fondos coparticipables. Los ATN (Aportes del tesoro nacional) tampoco están exentos a los manejazos del superpoderoso gabinete ejecutivo. El resultado de lo anterior es un estado nacional millonario y un conjunto de provincias que son cada vez más pobres, dependientes y deficitarias. La irresponsabilidad fiscal y la fiesta populista es un vicio apañado desde la nación. La constitución de 1853 tenia claro que había que limitar los poderes y buscar la forma de que las provincias sean lo más independiente posible. El estilo K esta destruyendo los pilares de la república. El modelo de conflicto social permanente impulsado por la política K es el resultado nefasto de no respetar las instituciones básicas de la república. El estilo K financia actividades clientelares que aseguran la base de sustentación del poder K, se arma todo un show mediático de demagogia y populismo barato con consignas como las siguientes: Justicia social es más pensiones y jubilaciones, subsidios, viviendas, salud, escuelas, etc. El nivel de corrupción y eufemismo con que se maneja la política actual es escandaloso. El caso testigo de la irresponsabilidad K es el decreto que ordenó a las provincias aumentar la remuneración docente, en otras palabras, dejo como tarea a los gobernadores que arreglen con los gremios docentes un problema que K es incapaz de resolver. Cada provincia tiene su propia situación fiscal, no todas están en condiciones de otorgar el (merecido) aumento, y no es casualidad que dos provincias opositoras tuvieron serios incidentes (Neuquén y Salta). La billetera K estuvo del lado de los Alperovich y no de los Sobisch, como una manera de aleccionarlos para lo que viene: Elecciones 2007. El virus K está instalado en la sociedad Argentina, la puja redistributiva tiene su origen en la inconsistencia del modelo económico K. La próxima vez serán los médicos, panaderos, colectiveros, camioneros, taxistas, etc. Cada sector de la sociedad peleará por su pedazo de la torta y volverá el conflicto. La única solución pasa por un poder legislativo fuerte y una nueva ley de coparticipación que aspire a disminuir los focos clientelares en la distribución de los recursos. Se debería buscar la forma de que las provincias vivan de si mismas, y así, ser más responsables con sus gastos y su política impositiva. Con provincias independientes y con una ley de coparticipación justa, terminaremos (en gran medida) con este sistema presidencialista perverso de aprietes y manejazos conocido como la billetera K.

* Integrante de la Juventud Recrear Tucumán

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